¿Pasar por una lesión? Creo que es algo que nadie espera, menos pasar por una cirugía y quedar fuera de lo que uno más ama por un largo tiempo.
Soy Alejandra Montero, tengo 21 años y vivo en San Pedro de Barva de Heredia. Toda la vida me ha encantado el fútbol, siempre lo jugué con mis primos hasta que logré entrar a un equipo cuando tenía como 8 años, aunque me encantaba, pues era un equipo de hombres.
Fue hasta los 11 años que empecé a entrenar con mujeres, ya en Primera División y a los 13, bastante joven la verdad, pude debutar. Desde ese momento, hasta la fecha gracias a Dios, me mantengo jugando, sin embargo, en junio del año pasado me tocó separarme de lo que tanto amo, por un tiempo.
Jugar un partido contra uno de los equipos tradicionales me dejó mucho aprendizaje, pues ese día, que enfrentamos a Saprissa me lesioné mi rodilla izquierda, con una de las lesiones que se puede decir es de las más comunes en mi gremio.
Recuerdo que me dije a mi misma que podía seguir porque faltaba poco para que terminara el partido. Así que me levanté, seguí jugando y cuando terminó el partido hablé con el fisioterapeuta, esperábamos que fuera un esguince.
Me sometí a un ultrasonido, tenía la esperanza de que no ocupará cirugía, pero luego de hacerme una resonancia magnética me dijeron que si me tenían que operar. Tenía ruptura de meniscos y de ligamento cruzado anterior. Fue frustrante, me afecto bastante por que no me veía es esa situación, al menos no en ese momento ni a tan temprana edad.
Fue el 17 de agosto que entré al quirófano y de ahí empezó lo más complicado. Tenía que cambiar mi vida por un tiempo, en un abrir y cerrar de ojos las muletas eran mis compañeras y algo tan básico como caminar me era imposible.
Tuve que ir poco a poco a hacer todo de nuevo; primero caminar, luego trotar, animarme a saltar y demás. Ir viendo cómo evolucionaba era muy satisfactorio pero cuando llegaba a terapias y veía a mis compañeras jugar, me costaba asimilarlo, pensaba en que me faltaban 2 o 3 meses para tener el alta médica, lo veía muy lejano pero ellas siempre me apoyaron a pesar de todo y en cierto forma hicieron, junto con mi familia y el fisioterapeuta Roberto Vega que todo el camino se hiciera un poco más fácil o más “bonito”.
Gracias a Dios ¡Estoy de vuelta! Volví a sumar minutos el sábado anterior en nuestro partido contra herediano, solo me queda volver a agarrar confianza y dar lo mejor en pro al equipo y cumplir los objetivos que tenemos todas juntas. Todo el equipo y cuerpo técnico me han recibido bien, y aunque me perdí la final del torneo anterior, lucharemos por volver en este torneo y disfrutarla como nuestro primer campeonato.
