Mientras los jugadores albinegros tomaban unos días de descanso, el Estadio Ernesto Rohrmoser se estaba viendo remodelado, y entre las partes que sufrieron mejoras se encuentra el gimnasio.
El primer trabajo que se realizó, y el más destacado fue la ampliación del sitio, la cual fue de casi 80 metros cuadrados. Esta ampliación cuenta con iluminación, piso adecuado para la realización de los ejercicios y aislante de calor.
Además, se hizo compra de equipo para reforzar las máquinas con las que ya se contaba, entre ellas, tecnología isoinercial de eje icónico, estructuras de peso libre, bicicletas estacionarias, mancuernas y más ligas.
“Esto nos permite hacer trabajos mucho más específicos a los requerimientos de un futbolista. Las máquinas isoinerciales por ejemplo, se utilizan muchísimo en el fútbol de élite. Esto nos permite hacer mejores rutinas de prevención y a la larga disminuir el riesgo de lesiones en los jugadores. Hace que el músculo se vuelva más resistente y que a la hora de enfrentarse a situaciones de juego que le involucren estirarse de más o hacer un cambio de dirección a alta velocidad, esté mucho más preparado”, explicó Roberto Gourgzong, fisioterapeuta del primer equipo.
A estas máquinas, también se le unen las plataformas de fuerza que se utilizaron en las pruebas físicas, las cuales son utilizadas para la medición de saltos, y las fotoceldas, con las que se hizo el test de velocidad.
Los albinegros se mantienen en trabajos de pretemporada, dentro y fuera de la cancha. Esta semana, se mantienen en doble sesión, una de las cuales es basada en las nuevas máquinas del gimnasio, aprendiendo la técnica correcta para potenciar su uso.
